El Almendro en Andalucía

En Andalucía, el Almendro se impone

Prunus dulcis es su nombre científico, invasión es su resumen, y estoy hablando efectivamente del Almendro, esa planta leñosa que tradicionalmente tan solo se plantaba y establecía en aquellos terrenos que se abandonaban de ser usados para la agricultura, al parecer, era éste un cultivo que se desarrollaba en los suelos y terrenos más pobres y pedregosos, al igual que ocurría con la vid. Pero como ocurre con casi todo, las cosas cambian, y donde antes se plantaban cereales, con suelos muy ricos en materia orgánica, hoy se plantan almendros, y no unos pocos, si no que en Andalucía estamos siendo invadidos por este particular cultivo.

 

 

Perteneciente a la familia de las Rosáceas, el almendro ocupa un lugar de gran importancia en el conjunto del globo terráqueo, tiene su origen lejos de Europa, concretamente en las regiones montañosas de Asia central (Persia y Mesopotamia), donde según existen referencias, se cultivaba desde épocas muy remotas, hablamos de fechas que alcanzan incluso los 3000 a 2000 años antes de cristo, más tarde, como ocurre con la mayoría de los cultivos, comienza a extenderse por todas aquellas civilizaciones primitivas. La entrada en nuestro país, España, pudo estar mediada por los fenicios, aunque existen diferentes leyendas como ocurre siempre cuando hablamos de cosas que nos pillan muy lejos de la actualidad.

 

El almendro es una de las plantas de mayor belleza visual en época de floración, siendo incluso en muchas zonas un atractivo turístico; árbol de hoja caduca y que puede alcanzar hasta los 8 metros de altura, presenta hojas que pueden ser simples, alternas o incluso en algunas ocasiones forman una especie de pequeños grupos. Sin embargo, su característica principal es la flor, el almendro presenta una de las floraciones más espectaculares, y que, según la variedad, sus flores oscilan desde el blanco hasta el rojo, pasando por el rosa. Sin duda alguna, un espectáculo digno de observar en su época, esta observación se realizaba antiguamente en los pueblos y zonas rurales, que es donde se podían encontrar los almendros, hoy en día, por suerte o por desgracia, podemos observar este espectáculo de la naturaleza incluso desde una autovía mientras pasamos con nuestro coche, pues como digo, el almendro nos ha invadido.

 

Y cuando hablo de invasión, no me refiero a ello en un término puramente maligno, pues, al fin y al cabo, se trata, en la actualidad, de un cultivo altamente rentable para muchos agricultores, el problema, en mi opinión, viene cuando, grandes fondos de inversión deciden con sus cantidades ingentes de dinero, arrasar con todo a su paso, para invertir en “agricultura”. Aquí sí que aparece un gran problema, entre ellos, el de ocupar e invadir terrenos que siempre habían estado destinados a otros cultivos de importancia, y que, tras su adquisición, pasan a ser terrenos condenados a la almendricultura con un único fin, el dinero. Todo ello es lícito, por supuesto, y, además, generador de puestos de trabajo, operarios de maquinaria, ingenieros, guardas, etc, como digo, nunca llueve a gusto de todos. Incluso, en la situación en la que nos encontramos, bienvenida sea la invasión, agronómicamente hablando.

 

No estaría bien, pasar de puntillas sobre algunos datos que pueden orientarnos sobre la importancia del almendro en nuestro país, España. De forma breve, podemos decir que en el año 2020 se cosecharon en el mundo 1.978.500 hectáreas dedicadas al almendro, alcanzando una producción de 2400,69 miles de toneladas, donde nuestro país, se situó como el segundo productor mundial de almendra tan solo superado por el gigante EEUU, concretamente por California que abarca el 46% del total de la producción mundial, ahí es nada.
Por tanto, cuando hablo de que, en Andalucía el almendro se impone, me refiero a que, a nivel nacional, en España, Andalucía es la reina del cultivo de almendro, seguida de Castilla-La Mancha, Comunidad Valenciana, Región de Murcia y Aragón.


Esta invasión viene marcada en un principio por un descenso importante en la producción de almendra en California, debido a una sequía prolongada en el tiempo durante los últimos años, lo cuál ha provocado que este cultivo sea un fuerte atractivo en otros países. Aún así, y debido a la importante demanda de almendra, pues su consumo y uso se ha triplicado en los últimos años, seguimos dependiendo de estados unidos para satisfacer toda esta demanda de la que hablamos.


No podemos obviar tampoco, el importante trabajo que se viene haciendo en la última década en investigación en torno al almendro, un claro ejemplo de ello es la obtención de nuevas variedades, más resistentes al frío entre otras características, pues uno de los principales problemas que acarreaban muchas variedades tradicionales era su debilidad frente a heladas, con la mejora genética, se han ido consiguiendo y se consiguen cada vez variedades mejor adaptadas a los nuevos tiempos, donde el escenario de incertidumbre climática juega un papel fundamental.

 

 

Desde mi punto de vista, el futuro de la agricultura pasa por la investigación y el desarrollo de nuevos cultivares, técnicas y formas de hacer agricultura adaptadas a cada zona y a cada clima y suelo. Nosotros intervenimos durante el ciclo de vida de un cultivo como meros intermediarios, pero realmente, quién manda, es el suelo y el clima, por tanto, tendremos que observar de forma intensa dónde plantamos, qué plantamos y cómo lo plantamos o cultivamos, no podemos olvidar que tenemos que producir más con menos, y al mismo tiempo, respetando el medio que nos rodea, es por ello, por lo que estoy convencido que ya sea en Almendro, Olivar, Vid, Cereal o cualquier otro cultivo, la investigación es un pilar vertebrador para que a futuro la agricultura siga siendo lo que hasta ahora ha sido.


Hablando de producir más con menos, viene que ni pintado, mencionar los cultivos intensivos. Y no por introducir un nuevo término, si no porque en su gran mayoría, las nuevas plantaciones dedicadas al almendro son intensivas, es decir, aquellas en las que se incrementa el número de plantas por hectárea. Igual que ocurre con el olivo, el almendro, es un cultivo que llevado de forma correcta puede ser muy productivo, y gracias a las técnicas, conocimientos y manejos de los que hoy disponemos, podemos producir gran cantidad.


No seré yo quien valore el acierto o el error de invadir nuestros campos de cultivos intensivos de almendro, mientras se desplazan otros cultivos de gran importancia paralelamente, lo que sí puedo decir, es que buscar el equilibrio es la base de todo, no solo en el campo, también en la vida. La convivencia de las pequeñas, medianas y gigantes plantaciones ha de ser el eje clave para el futuro de la agricultura, en Andalucía, por el momento, siguen apareciendo nuevas invasiones en las zonas rurales, seguiremos buscando el equilibrio necesario, como siempre han hecho, los agricultores, mientras tanto, bienvenido sea el cultivo del almendro.

 

 

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